Ciudadanos de Altamar

Escribiendo Libro

“De chicos con maderas forjamos nuestras espadas. Inocentemente, reímos y jugamos a conquistar bastas estancias marinas. Como niños, yo contigo, en esos pocos momentos… jugamos a ser tú.”

“Mi enorme corazón también desea explorar tantos lugares. Luego me daría cuenta que la vida de pirata no es para niño, al menos eso es lo que te hacen pensar los grandes. Pero el corazón de pirata es basto y rebelde, siempre me negaría a obedecer, pero el momento obligaba a cumplir, para mí las primeras ordenes, las primeras que me llevarían a ser hombre… en fin, es tu tiempo, es tu era. A muchos metros, el viento sopla a favor. Tu destino es el océano, mi camino es una vereda.”

“No es relevante saber, va hacer que en donde. Desde ese momento no importara si llegan noticias, menos aun algo para nuestro sustento. Decreto que mi tiempo también llegara, y en ese momento el señor interventor estará ahí para validar mi triunfo.”

Con gentil sonrisa el gran hombre se despide. Lagrimas del niño aterrizan en un charco, las del cielo en cambio al mar. Es tiempo para ver otros lugares para el hombre grande… ahora es
Ciudadano de Altamar.

Marsella, Francia 1608.

"La ciudad enferma, pero es mucho mejor que Bordeaux, caminamos a una taberna. Los ingleses y sus problemas, marineros causan estragos a la corona, en un momento en que es vital patrocinar viajes a nuevas tierras y crear colonias en sitios que ni aun hoy me he atrevido navegar, de cualquier forma tampoco he existido motivos."

.- Capitán porque con los ingleses? No sabemos nada de ellos, solo sabemos que apestan!
.- Sr. Bernard, estamos aquí por los doblones, esos no apestan.
.- Pero, pero Capitán, no conocemos sus mares, incluso se nos ha denegado la entrada.
.- Recuerdas que tenemos bandera negra?

"Siempre ha sido un buen y fiel navegante, por lo menos al que le pague. No sé qué tan bueno es tener al lado alguien que sabe de tu vida más que tú mismo. Pero no hay duda que sirve de conciencia, por lo menos de las conciencias que fastidian…"

.- Capitán, porque no acudimos a su padre, dividiríamos la recompensa y estaríamos cubiertos. Además,
su , su, padre le ha mandado cartas, no dudo que sea para unirse a la hermandad.
.- Maldición Bernard, las pulgas de tu perro tienen más cerebro que tu…
El está muerto.
.- No señor él le ha escrito esta semana.
.- Para mi esta muerto (lo tomó por la camisa) Bernard recuerda te prohibí mencionarlo.
.- Pero Sr…
.- Bern… por qué no te callas?, estamos aquí por dinero, es todo lo que interesa.
.- Si, Sr. Pero…
.- Que estén listos los demás.
.- Si, Sr. Pero…
.- Bernard (exclamó e hizo pausa).

Quien ha visto que el acompañante de un pirata sea un perro, ya tenemos suficientes problemas como para llenarnos de pulgas. Desaste de ese animal.

.- Como Ud. diga Sr.
.- Ahhhh y Bern, haznos un favor a todos, consíguele novia al Sr. PeeDee. (Exclama mientras el Animal se contonea en su pierna).

La situación con su padre no era para nada algo que apartara a un lado el joven capitán, de hecho, muchas fueron las tarros tomadas en su nombre añorando el momento de poder verlo. Pero era terco, y estaba lleno de tormentos. No está al tanto que apenas el torbellino estaria por comenzar.

No es momento para estrecheces de corazón. Más preocupa el encuentro con el Jefe de Edecanes Ingleses, Sir. Edward Hawkins. Es un hombre y astuto, la situación entre países no es ideal como para realizar este tipo de acciones, menos sin autorización del Rey.

“La taberna es el sitio para los anonimatos, la gente que se deja ver a plenitud, no llaman la tensión y por lo general no tienen algo que esconder, al contrario es mi caso. Un sobre todo con capucho es lo mejor para no encontrarme con antiguos… amigos?”

.- Sr., no le brinda un trago a este pobre hombre (escucho me atiende el tabernero).
.- Sal de aquí harapiento.
.- Esas no son palabras para un Edecán, Capitán.
.- Sir. Hawkins. No esperaba su presencia de esa manera, además no veo nadie de la guardia real.
.- Que ingenuo Capitán, ya debería estar advertido ante cualquier situación.
.- Mi vida no es su negocio Sir. Hawkins. Nuestro negocio es otro.
.- Nuestra majestad, ha visto con buenos ojos el poder abrir brechas hacia América, con cierta ayuda de navíos extranjeros, entiendo que no se las lleva bien incluso con los de su calaña.
.- Como le decía Edecán, mi vida no es su negocio, lo que le debe importar es que se lleve a cabo.
.- Si, ciertamente, por eso le he traído…

La Puerta del bar es sacudida fuertemente, cantidad de hombres entran rabiosos, no atacan solo esperan parados, en el centro alguien escondiendo su rostro se acerca.

.- Te he estado buscando marinero.
.- No le conozco, váyase lo que hacemos no es de su incumbencia.
.- pues creo que sí.
.- Bernard, las armas.

“Rápidamente, los dos bandos se ven enfrentados, pierdo la atención por parte de este sujeto. El edecán se me pierde de vista, corro atrás.”

.- hey… (Siento algo que presiona a nivel de la cintura). Detente.
.- Mira, si te debo acabas de perder la oportunidad de recibir tu dinero

"Si bien tiene la ventaja de la espada… (Silvo)
Corre hacia mi tan noble animal, las habilidades del sr. PeeDee me sirven al menos para distraerle."

“Maldición, se ha perdido” (exclamo sobre la situación con el edecán al salir de la taberna).

Todos estamos a las afueras, en doble circulo la situación se ve pareja. Espadas estrechan garganta de todos los presentes.. excepto la del extraño, y la mía.

.- Marineros, bajen espadas, esto solo incumbe al joven y a mí.
.- Quien demonios eres?,
Te voy a poner tu brazo en cabestrillo, idiota.
.- A menos que seas enfermera, porque has dejado tu espada en el bar... Antoine.
.- Mi espada, cortaste el cinturón…
Nadie me llama así,
Descúbrete,
DESCÚBRETE.

“Insisto, este tipo de situaciones no me agradan. El hombre ha dejado muy fácilmente sus armas, espadas y revólveres.”

.- Que sabes de mi, que no se de ti!.

"Acerca su espada a mi pecho, con un movimiento corta los botones de la camisa."

.- Aun cargas tu medallón!.
.- Terminemos con esto. (ya la agudeza de mis palabras no era la misma que la habilidad con la espada).
.- No hace falta. (Descubre su cara)

“El cabello se deja caer por la toga, una imagen demasiado perfilada para un hombre y un sello similar al que sostiene mi cuello ”

.- Quien eres?.